Os dejamos un breve resumen de nuestro II Taller para Padres “Límites”impartido el pasado lunes 12 de Diciembre, por nuestra compañera y Psicóloga, Matilde Caraballo Ordóñez.
“Los niños no siempre hacen lo que los padres quieren… a veces, y dependiendo de la edad hay que ir respetando ciertas conductas. Mientras son pequeños, siempre y cuando el niño se comporte mal, el padre o la madre tiene que decidir cómo va a responder.
Todos los niños necesitan reglas para aprender el comportamiento apropiado. ¿Cómo le enseña un padre a su hijo las reglas y qué deben hacer los padres cuando éstas se rompen? Para la mayoría de los padres disciplina equivale al castigo.
Pero la palabra disciplina significa realmente formar o enseñar, y combina tanto técnicas positivas como RE-EDUCATIVAS. Como vimos en el I Taller para Padres.
Para tener claro los conceptos:
Límite es todo aquello que no se puede hacer o hasta dónde se puede llegar con una conducta.
Norma es aquella conducta que debe hacerse y la manera de llevarla a cabo. Toda norma lleva implícita un límite.
El establecer límites y normas ayuda a los niños:
* Da seguridad, ayuda a que se sientan tranquilos. Se le muestran referencias estables y constantes sobre su conducta.
* Ayuda a regular sus ritmos de sueño, alimentación y mantener biorritmos adecuados.
* Facilita el autocontrol emocional, expresando sus necesidades y aumentando la capacidad de frustración (aprende a esperar para conseguir lo que desea).
Todas las situaciones extremas perjudican el crecimiento y desarrollo del niño:
Tanto el establecer unos límites o normas demasiado estrictas o excesivas en cuanto a cantidad, como el no poner ningún tipo de límites a su comportamiento.
Cómo comunicarnos con el niño cuando no se ha cumplido la norma:
Es importante acercarnos con cariño pero con firmeza al niño diciéndole lo que ha hecho mal o lo que no ha hecho bien o lo que ha dejado de hacer. Que el mensaje sea claro en cuanto a la conducta que le pedimos que haga o la que no ha hecho.
Dar una alternativa a la conducta que no se debería haber hecho, ayudar al niño a mostrar otras maneras de actuar.
Dar alternativas de maneras de llevar a cabo una conducta le aporta riqueza en el repertorio de conductas en el niño. Le enriquece saber que lo que debe hacer, puede elegir diferentes formas de llevarlo a cabo.
Comunicar lo que sucederá si no lleva a cabo la conducta deseada le ayuda a desarrollar la capacidad de reflexión. Del mismo modo comunicarle la recompensa por llevar a cabo dicha conducta, le ayuda a motivarse y sentirse feliz si lo consigue.
Trabajamos así la motivación intrínseca (aunque también la extrínseca si le aportamos recompensa material como un regalo, pero mejor esta última manera sólo es recomendable al inicio de un aprendizaje nuevo).”
De nuevo, fue un placer compartir con los asistentes los conocimientos de una gran psicóloga.
El mes que viene volveremos con “Responsabilidades…”.